sábado, 21 de junio de 2008

Mark Hollis - Mark Hollis (1998)

Saw the bridges that I burnt before, one song among us all...


1.- The Colour Of Spring (Hollis - Ramacon)
2.- Watershed (Hollis, Livesey)
3.- Inside Looking Out (Hollis)
4.- The Gift (Hollis, Livesey)
5.- A Life (1895-1915) (Hollis, Livesey)
6.- Westward Bound (Hollis, Miller)
7.- The Daily Planet (Hollis, Livesey)
8.- A New Jerusalem (Hollis, Livesey)

Hace diez años que el británico Mark Hollis se ha llamado a silencio y quién sabe si volverá a grabar algo más alguna vez en su vida. Parece un destino casi demasiado obvio para un músico que supo descubrir en el silencio su instrumento más importante. El periplo desde aquellos primeros "acordes" de Talk Talk hasta la epifanía de su único álbum en solitario lleva la impronta de un peregrinaje y una búsqueda. Enigmáticas, mínimas, estas páginas musicales forjan un disco de esos para reconciliarse con la humanidad.

Se escuchan quejas porque últimamente las bandas de rock, buenas y malas, publican álbumes en intervalos de tres (cuatro, cinco) años; tal es nuestra avidez de producto, tal nuestra demanda de canciones-commodities. Idealizando tiempos pasados (y todos, excepto Spinetta, sabemos que todo tiempo pasado fue mejor), en los que ciertos señores cocinaban hasta dos álbumes clásicos en un mismo año, nos preguntamos por qué razón se requiere hoy tanto tiempo para congregar una decena de temas que luego ni siquiera son la gran cosa. Pues bien. Mark Hollis viene y redobla la apuesta: un solo álbum desde la disolución de Talk Talk, en 1991, hasta hoy. ¡Eso sí es un largo descanso! ¿Y el tipo sigue vivo? Claramente, con gente así, la ecuación pasa a ser otra.

Allí está Hollis, por fin.

¿Es Mark Hollis un perezoso? Negativo: simplemente Mark Hollis ya no trabaja para el jefe mercado. Se podría afirmar que desde Spirit Of Eden (1988), el que le valió ser agriamente despedido de EMI, para Hollis la palabra "mercado" es solo una más entre las que podría utilizar al redactar alguna letra. Graba, canta, toca cuando tiene algo que decir. Siendo un hombre de pocas palabras (hasta le da fiaca cantarlas), solo tuvo algo que decir en 1998, en este autotitulado álbum que hoy nos reúne en torno a una pantalla.

¿Y qué es lo que tuvo para decir? Cosas como ésta:

Opaline through her hair
Born on an April tide
Glowing in the wonder of our first child
There my promise is

A spur
A rein

The world upon my back
The pressure upon this earth

Drought's heir

Sown my money
Sold my shirt
Sown my money

Migrate
Job on the threshing line
Mute I walk
Idle ground
Westward bound

¡Ajá! Más claro, imposible. Mark Hollis, el álbum, entonces. Si lo trajeamos y lo llevamos a una fiestita con Spirit Of Eden y Laughing Stock (los últimos discos de Talk Talk), los tres juntos no se van a llevar mal en lo absoluto. De hecho, hay buenos motivos para nombrar a éste el tercer eslabón de la trilogía, aquel que retoma y expande sobre aquello que Laughing Stock dejó inconcluso (si fuera admisible aplicar el calificativo inconcluso a uno de los álbumes más redondos jamás hechos, claro).

Hollis y el minimalismo; Hollis y la perfección; Hollis y la evanescencia. Los que mamaron del tardío Talk Talk han visto y escuchado esto antes. Sin embargo, como si fuera acaso posible, Mark Hollis es un álbum aún más desértico que sus dos ilustres predecesores. Donde Spirit Of Eden y Laughing Stock recurrían a la hipnosis e incluso a la lujuria, Mark Hollis solo nos extravía en una superficie de sonido plana y pura como el océano. Es, mal y pronto dicho, mucho más difícil de escuchar.

Pero bien vale la pena una dificultad, en este caso. El fundamento, siete años después, sigue siendo esa extraña alquimia parte jazz y parte indescifrable que convirtió a esas dos últimas glorias de Talk Talk en monumentos de sonido. Y otra vez es eso; deleitarse en la contemplación del sonido, o bien dejarse acariciar por las elocuentes texturas como quien escucha llover. La voz de Hollis - ese musitar aterciopelado en el que las palabras son elididas al decirse - no ha perdido su habilidad de penetrar por lugares inhóspitos, como si cantara desde alguna estrella ubicada en el ángulo justo. Después: pianos, órganos, clarinetes, alguna armónica, guitarras acústicas y silencio. Mucho silencio entre las notas, y pocas notas. La melodía está llevada casi al plano de la abstracción; un lugar solitario donde tres notitas de guitarra son tan preciosas como el más mínimo trébol verde hallado en un páramo.

Mark Hollis es, justamente, un páramo; un terreno yermo que recurre a la aridez y al despojo para darle fueros de dádiva a cada pequeña minucia. En el vacío de la espera, cada sonido vibra con otra fuerza y lo nimio cobra una dimensión gigantesca, como si pudiéramos escuchar con una lupa. Tomemos por ejemplo A Life (1895-1915) y eso que comienza a los tres minutos; unos acordes de piano muy suaves que, al emerger desde la nada, parecen el sonido más potente del mundo. Las emociones fluyen como desde un lugar secreto en nosotros que acabamos de descubrir; la maestría de la atmósfera que consigue Hollis no tiene paralelo.

Dejarse llevar. Mark Hollis es un disco que nos permite mimetizarnos con las ondas sonoras, nadar en ellas con tenues brazadas de la mente. No hay nada parecido a este disco en la vida. Hasta Spirit Of Eden y Laughing Stock resultan empalagosos, excesivos en todo sentido, retomados luego de algo así. Si tuviéramos que leer esta música en un pentagrama, cinco líneas y cuatro espacios serían demasiado cotillón. Nos quedamos, al final, con la metáfora de un Mark Hollis que se fue retirando lentamente de su arte, cada vez con menos que decir, menos que cantar, cuanto más se iba acercando a la verdad. Y la verdad, parece, no está en la música.



BAJAR ALBUM
(192kbps)


Ver al dorso:
Talk Talk - Spirit Of Eden (1988)
Talk Talk - Laughing Stock (1991)

13 comentarios:

Samuel dijo...

Es... muy bueno!! No veo diferencia entre este y los álbums Spirit Of Eden o Laughing Stock. Quizá algo más íntimo... o son cosas mías al ver que solo es un integrante...

En definitiva, que seré fiel todos los sábados tal como lo fuí a la lista para escuchar grandes álbums que solo descubriría por casualidad. Tal como topé con DRMUSICSTUDIO.

Un saludo!

Fede / Billie dijo...

Creo que encontré el momento justo para escucharlo: sábado fresco, 2 am. El barrio duerme (o sale, qué mas); yo estoy recién vuelto de una salida tempranera y tranquila con una cervecita encima. Y pongo el album.

Muy tranquilo, relajado, me gusta cómo tu amigo Hollis juega con los silencios. El primer tema, si me permitís acercarlo a un sonido más comunardo, tiene un aire a "Sometimes" de Pearl Jam. También me cabe el free-jazz de "The daily planet". A seguirlo escuchando...

Plaza Aydesa dijo...

gracias! lo estaba buscando. es una maravilla, claro.

Pretty Thing dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Sí, este álbum es una obra maestra, yo no sabía que Mark Hollis había lanzado un álbum solista.

Malú dijo...

ah qe colgada, lo encontre en mi compu y no sabía de donde lo había sacado, pense: este no será el chabon de Talk Talk? es muy parecido a Laughing Stock! jajajaj se ev que lo baje de aca y nunca lo escuche, muy bueno-- un abrazo

javier dijo...

mark hollis...lástima que se lo tragó la tierra.El disco muy bueno,casi que me sirve para aprender a componer mejores canciones.será casual que la mayoría de los seguidores del disco lo escuchemos por la madrugada...?

Anónimo dijo...

Se lo extraña mucho a Mark, :( MUCHÍSIMO!

Anónimo dijo...

Se extraña mucho la melodiosa voz de Mark, me encanta oirlo mientras trabajo, es decir todo el dia, me relaja, me lleva a lugares donde hay paz, ojala y decida regresar, hace falta escuchar musica como la que el creo, regresa Mark, te extraño

Anónimo dijo...

Así es la música que me gusta. Mientras que yo andaba entretenido con los últimos coletazos del rock sinfónico, mi hermano, más pequeño que yo y mas popero trajo a casa el "It's my life". La verdad es que no me acabó de convencer, hasta que algún tiempo después ví en la tele el video de "Give it up"...y me empezó a gustar Talk Talk. "The colour of Spring" ya me lo compré yo. Spirit of Eden me lo compré a ciegas, solo esperando que la progresión continuara...y vaya si lo hizo. Creo que nunca me habia sorprendido tan agradablemente ninguna audición como aquella. Es simplemente un obra maestra.
Laughing Stock y este album son una continuación, no tan sorprendente de "Spirit of Eden", pero verdaderamente gratificante.
Mark, entiendo que no quieras/puedas componer mas. Dificil superar lo que ya has hecho. Enhorabuena.

qq dijo...

Qué genial ir descubriendo la música de MH desde los comienzos hasta su disco solista. Estas canciones simplemente brotan desde el silencio. Gracias Canopus y muy bueno también el texto. qq

pols dijo...

Mark Hollis un genio,un pequeño duende ingles q nos dejò con las ganss de mas musica......escuchar sus canciones es un extasis para mis oidos!
gracias por la nota!
abrazo

MaSolaQueLaLuna dijo...

Gracias! No sabía que existía este álbum! Es curioso que los genios de este estilo son siempre ingleses...
Steven Wilson puede ser el discípulo de esta clase de música inglesa diferente y maravillosa. Por lo menos para mí.
Gracias por el articulo y por el enlace 😍